Capítulo 30. UN NUEVO COMIENZO.

"No hay duda con respecto a cuál es la meta, pero ahora se necesitan métodos específicos para alcanzarla.
Tomar decisiones es un proceso continuo, pero no siempre te das cuenta de cuando las estás tomando.
Tu no puedes tomar decisiones por tu cuenta. La única cuestión es entonces con quien eliges tomarlas.
Pues bien o se toman con los ídolos o bien con Dios. Y le pides ayuda al anti-cristo o al Cristo, y aquí el que elijas se unirá a ti y te dirá lo que debes hacer.
Lo que Dios no conoce no existe. Y lo que Él conoce existe para siempre y es INMUTABLE.
El pensamiento que Dios abriga de ti no se ha visto afectado en modo alguno por tu olvido,
Tu batalla es siempre con las ilusiones. Pues la verdad que yace tras ellas es tan hermosa y tan serena en su amorosa dulzura, que si fueses consciente de ella te olvidarías por completo de tus defensas y te apresurarías a echarte en sus brazos.
Permite que se te libere de los sueños de lo que nunca fuiste y desistas de tu empeño de querer substituir la voluntad de Dios por la fuerza de los deseos vanos.
¡Cuan fácil y ligero es el paso que te saca de los estrechos confines del mundo del miedo una vez que has reconocido de quien es la mano de la que vas asido!.
He aquí la jubilosa afirmación de que no hay forma de mal que pueda prevalecer sobre la voluntad de Dios.
El milagro es un medio para demostrar que todas las apariencias pueden cambiar precisamente porque son apariencias y porque carecen del atributo de inmutabilidad que la realidad entraña.
No hay falsa apariencia que no desaparezca, si en lugar de ella pides un milagro. No hay dolor del que el no se pueda liberar, solo con que desees que él sea lo que no puede sino ser. ¿Porque que habrías de temer ver a Cristo en el? Pues en todo lo que ves no haces sino contemplarte a ti mismo".

La sesión concluye con una meditación guiada de sanación.

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